Mencionar algo malo o que trae mala suerte (especialmente una serpiente). También era hablar de algo que disgusta mucho al interlocutor y de lo que no desea hablar. Ejemplos: "Niño, no mientes la bicha, que trae mal fario." // "Hablarle de su tía era mentarle la bicha."
Aunque el imperativo sería "no mentes la bicha", siempre se dice "no mientes la bicha".
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